Manifiesto
Cuqui Rodríguez – 2018
¿Qué nos enseña nuestro oficio dentro del mundo de la arquitectura?
Ser un arquitecto y una comunicadora en este trabajo nos ha enseñado que hay dualidades y trilogías inseparables.
Que la dualidad más representativa es la relación entre usuario y la materialidad de la obra como en la Casa Convento.
Que el contexto juega un rol muy importante.
Que la idea de la obra no puede pensarse fuera su funcionalidad.
Aprendimos que en Guayaquil sale el sol todos los días, excepto cuando necesitas tomar fotos desde el Río Guayas. (Está foto nos tomó 2 meses).
Aprendimos que siempre puedes compartir un único vaso de cola con un montón de desconocidos, más aún si estás en el Quilotoa.
Que no importa si es de noche, siempre podemos sacar una buena foto. (Esta foto fue tomada a las 3:00am).
Aprendimos a siempre aceptar cuando nos invitan a comer o festejar.
A dar una mano aún cuando no las sientas por el frío.
A que siempre te puedes tomar un descanso y a que nunca debes ponerte detrás de un caballo.
Pero sí, frente a un perro.
Aprendimos además que las fronteras son líneas imaginarias.
Y nos preguntamos de nuevo.
Qué me enseña la fotografía que no pueda aprender en otro lado?
En resumen: A valorar el trabajo. Desde una pieza de diseño, un interior hasta una obra monumental. A valorar los procesos, a respetar los tiempos. A compartir criterios.
Que el esfuerzo de cada arquitecto se merece los viajes realizados, las caídas, el frío, el calor, los mosquitos, si el resultado es el que logramos finalmente.
Lo maravilloso de este trabajo es poder ser participe de la obra, y de vez en cuando convertirse en el usuario. Es calentarse con la chimenea de una casa ajena.
Vivir el proyecto, sin emitir juicios.
Nuestro trabajo es una re interpretación de segunda mano que intenta por medio de la fotografía hacer eco en la concepción de la idea de la obra y lo que logramos documentar es lo que se conoce del proyecto.
¿Qué me dice esta foto? ¿Qué me cuenta este proyecto?
Nuestro trabajo es contar la historia de cada obra, de forma coherente, incluso para personas que no son arquitectos.
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